En un elemento químico, es el electrón el que determina el comportamiento de su átomo. Se distribuyen en capas correspondientes a los niveles de energía. La capa externa (CE) de un átomo es la que permite un enlace químico, cuando interacciona con la de otro átomo. Eso conlleva a la formación de moléculas cada vez más complejas. Los enlaces se forman, de manera que las CE de los átomos que interaccionan se unan resultando en 8 electrones. Es por ello que los átomos con CE ya constituidas por 8 electrones son prácticamente inertes. Ellos son los llamados gases nobles: helio, neón, argón, kriptón, xenón y radón. Por el contrario, los elementos alcalinos, litio, sodio, potasio, rubidio, cesio y francio, tienen un fuerte poder de reacción, ya que su CE necesita 7 electrones para completarse.
Se habla de valencia de un elemento, según el número de electrones que puede ceder o aceptar su átomo de manera total o compartida. En el caso de los gases nobles, su valencia es 0. Los elementos metálicos se distinguen así en función de su tendencia a ceder uno o varios electrones. El resto de los elementos son no metales. Entre los dos grupos se encuentran las tierras raras o lantánidos, que tienen una química compleja.
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